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29/11/21

Ríe, ríe, ríe, la divina Eulalia 😄 💬 #windtalkers

Eulalia de Borbón, la primera infanta en separarse y poner los cuernos. Eulalia pagó con la misma moneda al infiel de su marido.
Con veintidós años doña Eulalia de Borbón se casó a la fuerza con un primo suyo, Antonio de Orleans y Borbón, hijo de los Duques de Montpensier. La razón por la que contrajo tal matrimonio sin ella sentir nada especial al desposarse con aquel pariente no fue otra que una promesa que le hizo a su hermano, el Rey Alfonso XII, cuando éste se encontraba en vísperas de su muerte. Cumplió la palabra, de lo que se arrepentiría toda su vida. Porque el primo en cuestión, pareció no ser tal "primo", al dilapidar toda la fortuna de su mujer.
"La Infantona" (Mª del Carmen Giménez Flores Brito y Milla) se beneficia de su relación con Antonio de Orleans y en Sanlúcar consigue que le ceda su hermosa finca de El Botánico, hoy bellísimo parque público. Y le hace adquirir para ella otra finca en la misma ciudad, la llamada El Maestre, con su bodega, valorada en 250.000 pesetas de la época. A ellas se van agregando joyas valiosísimas, lámparas, muebles, tapices procedentes de los palacios de Bolonia y dinero, mucho dinero, además de valores monetarios que iba depositando en bancos extranjeros. Para obtener esos fondos, el Infante malvende su riquísimo patrimonio, cuadros como Las majas en el balcón de Francisco de Goya, actualmente propiedad de un coleccionista privado de Suiza. O La muerte de Laocoonte y sus hijos en el sitio de Troya, único cuadro de tema mitológico pintado por El Greco que decoraba el Salón de Antecámara del Palacio de San Telmo, actualmente en la National Gallery de Washington en la colección Samuel H. Kres. También pagará la financiación del grandioso mausoleo con capilla que Mariano Benlliure realiza para Carmen en el cementerio de San José de Cabra. Antonio de Orleans se reencuentra, en el hotel Savoy de Londres, con Marie-Louise Le Manac'h, viuda de Simon Gugenheim. Inmediatamente seducido por esta joven bretona, el príncipe entabla con ella una relación amorosa. Este hecho, y la secreta debilidad de Eulalia por un tal Jametel, precipitan en 1900 el primer divorcio real con sonado escándalo en las cortes europeas. Carmela, lejos de sentirse satisfecha, conseguiría además un título para ennoblecer su modestos orígenes: la Infantona. Por 500.000 pesetas de la época será la vizcondesa de Térmens.
Aun despreciándolo, doña Eulalia tuvo con él tres hijos, dos varones y una hembra, que nació muerta.
El matrimonio de don Antonio con doña María Eulalia hace pronto aguas. Ambos mantienen relaciones extramatrimoniales que apenas disimulan. Ella con el conde Georges Jametel (1859-1944), casado con la duquesa María de Mecklenburg (1878-1948). Jametel, según las malas lenguas de la Corte, habría estado presente en la vida de la Infanta mucho antes de contraer matrimonio con don Antonio. Éste, por su parte, no se quedaba a la zaga, ya que igualmente protagonizaba un idilio con la hija de un zapatero cordobés, doña Carmen Giménez Flores Brito (1867-1938). El romance de don Antonio con la bella mujer andaluza hace correr innumerables ríos de tinta en España. Doña Carmen, conocida en su tiempo como “La Infantona”, abandona pronto, gracias a su amante, sus orígenes humildes y comienza a llevar una vida de lujos que no pasa desapercibida para la sociedad andaluza de la época. El Infante encargará la construcción de un palacete en Sanlúcar de Barrameda para su amada, a la que no tarda en agasajar además con una finca y, según los rumores en aquel entonces, un gran piso en la ciudad de París. Completamente entregado a los encantos de la cordobesa, el Infante mueve hilos para que incluso se le conceda el título aristocrático de Vizcondesa de Termens.
Escribió su primer libro, "Au fil de la vie", considerado inmoral y escandaloso en España, por lo que su sobrino, Alfonso XIII prohibió su distribución en nuestro país. ¿Y qué era lo que escandalizaba presuntamente aquel volumen de la Infanta? Significada como feminista, lo que en aquella época resultaba, por lo menos entre nosotros, un peligro, escribía sobre las costumbres que imperaban en otros países, en tanto objetaba el retraso cultural, de pensamiento, que presidía la vida española. Hacía hincapié en los derechos de la mujer y en concreto que no tenía por qué estar sujeta a los designios del marido, infravalorada, humillada y sin ocasión de valerse por sí misma, trabajando. Si a estas alturas del tiempo, las feministas vienen reclamando buena parte todavía de sus derechos, figúrense lo que suponía aquel libro de doña Eulalia de Borbón. Que continuó publicando otros, uno de ellos, el de sus memorias.
Siempre a contracorriente, incluso acabó viviendo sus últimos años en España durante el franquismo. Posiblemente este sea uno de los mejores ejemplos para darse cuenta que la relación con su familia no era especialmente buena. Eulalia de Borbón vivió sus últimos años en la ciudad de Irún con permiso de Franco.
De regreso a España, la infanta Eulalia se preocupó por las cuestiones dinásticas de su familia. En 1947, promulgada ya la Ley de Sucesión franquista que convertiría también en candidato al duque de Cádiz, escribió a su secretario ironizando sobre el particular: «Veo que el peine ondulador no aparece, en cambio nos aparece otro pretendiente al Trono que tiene 11 años y se llamaría Alfonso 14 de Borbón y Dampierre y... sigue la confusión». Eulalia defendió siempre la última voluntad de su sobrino Alfonso XIII, pese a que éste la desterrase una década entera de su patria. Respaldó por eso a su sobrino nieto don Juan de Borbón como legítimo sucesor a la Corona de España frente a cualquier otra opción válida contemplada en la Ley Sucesoria de Franco de 1947, que exigía al candidato a la Corona dos requisitos principales: ser de estirpe regia y haber cumplido treinta años.
POR TIERRAS DE LÉRIDA
El título de Vizcondado de Térmens fue creado tras la victoria de asalto al fuerte situado en dicha localidad leridana en la Guerra de Cataluña el 6 de abril de 1646. Una operación realizada dentro del marco de la defensa de Lérida contra el asedio de las tropas francesas del Conde de Harcourt durante
El título le fue concedido por el rey Felipe IV al general de artillería de origen portugués Gregorio de Brito y Carvalho el 13 de junio de 1646. La concesión se hizo atendiendo a los méritos militares en la Guerra de Cataluña.​ 
 Tras la muerte de Gregorio de Brito, nadie reclamó el título hasta que fue restaurado en 1910 por Alfonso XIII para Carmen Giménez Flores (1867-1938), conocida popularmente como "La Infantona", por ser la amante de Antonio de Orleans y Borbón, IV duque de Galliera e Infante de España por su matrimonio con la Infanta Eulalia de Borbón, hermana de Alfonso XII.
La propia Infanta Eulalia escribió: Mi marido, en sus aventuras, era algo más que principesco, y la fortuna de Montpensier, junto con mi patrimonio y mi lista civil, se le iba de las manos rumbosamente... Sevilla, París y Madrid lo vieron pasar en carruajes lujosos junto a una amiga a la que apodaron La Infantona, mientras yo en París me encontraba en una situación comprometida, difícil y molesta de una casada sin marido.
La cornamenta que puso Antonio de Orleans con su amante Carmen Giménez a la Infanta Eulalia se convirtió en corona de vizcondesa.
Esta relación amorosa hizo que el duque de Galliera quisiera obtener un título nobiliario para su amante. Para ello se demostró mediante un árbol genealógico -que en ocasiones se ha tachado de falso- que Gregorio de Brito y Carmen Giménez Flores era parientes, a partir del apellido de la abuela materna de Carmen, que también era Brito. La Infanta Eulalia dirigió sus protestas por carta a la reina madre María Cristina, su cuñada, lo que provocó la ruptura entre el Infante y la Infantona. Con posterioridad se inició un largo pleito judicial contra ella, el que culminó con la devolución de algunos bienes que había adquirido del duque mediante ventas simuladas. Tras ello, la vizcondesa volvió a Cabra, su localidad natal, donde cambió su estilo de vida dedicándose a realizar obras de caridad. 
Comarca de Alta Ribagorza:Cardet, Cóll, Saraís, Casós, Viuet, Sarroqueta, Castilló de Tor, Iran, Irgo, Igüerri, Gotarta, Ventolà, Esperan, Erillcastell, Castellars, Masivert, Peranera, Erta, Montiberri, Viu de Llevata, perves, Abella d'Adons, Adons, Beguda, Corroncui, Pinyana, Bastideta.En la Vall Fosca:Aiguabella, Manyanet, Mesull, Avellanos, Sas, Benés, Sentís, Buira, Mola, Erdo, Xerallo, Vilella, Bastida de Bellera, Estavill, Envall, Antist, Castell-estaó, Castellvell de Bellera, Castellnou d'Avellanos, Paüls, Gramenet, Aiguabella, Cadolla, Burguet y Cérvoles...
Las obras, adjudicadas a una unión temporal de empresas formada por constructoras leridanas, consistirán en el desdoblamiento de la actual variante y su prolongación hacia el noreste hasta conectar con la LL-11, que, de esta manera, quedará también conectada con la variante norte de la autovía A-2, en Alcoletge (Segrià), y en un futuro también enlazará con la C-13 cuando sea desdoblada hasta Vilanova de la Barca y Termens. La nueva carretera duplicará su longitud de 4,5 kilómetros y pasará de uno a dos carriles por cada sentido, con lo que se completará el anillo de circunvalación de la ciudad.
Cementera de Xerello (la cementera donde cargaba y cargaba material hace muchos años)
Por otra parte, el Gobierno central y la Generalitat han desencallado la mejora del tramo de la carretera N-260 entre El Pont de Suert y Xerallo, el único inacabado del Eix Pirinenc. El secretario de Estado de Planificación del Ministerio de Fomento, Víctor Morlán, y el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, presentaron ayer el estudio informativo del trazado, de 18 kilómetros, que discurre por los puertos de montaña de Perbes y Viu de Llevata. Se trata de una obra de gran envergadura debido a la difícil orografía del terreno que permitirá acortar en unos siete kilómetros el trayecto actual. Se construirán nueve viaductos y dos túneles.
Aquí os dejo una muestra de algunas de la capturas que he subido a este blog, digo algunas porque tomé como unas 63 fotos pero no quisiera abarrotar el foro jejejeje. Como vereis todos esta como siempre y la verdad es que lo que mas me llamó la atención es como cada vez la naturaleza se funde con el abandono de los muros de este lugar tan genial para los que amamos este mundo!!!"... Deborada por la naturaleza yace oculta la vieja cementera de Xerallo, donde años atrás reinaba con vida propia dueña de las montañas que la custodiaban.
Sus estructuras se elevan como pilares sombrios, dueños del viento que los mece en silencio. Trás adentrarnos en su corazón cientos de edificios derruidos nos acogían entre sus muros desnudos de llanto.
Sin duda un gran ejemplo de la vida industrial piriáica.

1 comentario:

pepetransport dijo...

Recuerdos a Jean Paul, el routier de Montpellier, con el que coincidimos en numerosas ocasiones y que juntos pasamos tan buenos momentos. Abrazos mon ami!!!!

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