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29/7/14

De Chile ...a París

 ADMR

@adhemarlux
Un gay inteligente besa pero no ama ,escucha pero no cree y se va antes que lo dejen.
Made in Argentina
Santiago de Chile
https://www.facebook.com/pedro.lira.1023
 
Pedro Lira Esta es mi película de Facebook. Busca la tuya en https://facebook.com/lookback/ #FacebookIs10
MAS QUE ESPAÑOL O EXTREMEÑO SOY HOMBRE "A CANTAROS"
Es el amor del agua cuando quiere
salvar la sed del hombre
y deshoja su aroma
en los campos blanqueados
por la flor del espino.
Es el amor del agua, la memoria
que hace vivos los cuerpos,
que hace vivas las nubes,
que hace vivas las selvas.
Pablo Guerrero...

En la planta catorce del pozo minero
de la tarde amarilla tres hombres no volvieron
hay sirenas, lamentos, acompasados aies
a la boca del pozo.
Dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos
y una madre que rumia su agonía en silencio
es el tercero.
A las diez la luna clara
se refleja en las sortijas del Patrón recién llegado
con sombrero, gravedad y su aburrido gesto.
Él ha sido el primero, vendrán gobernadores,
alcaldes, ingenieros.
Tratarán de calmar,
la presentida viuda que se muerde el pañuelo,
no sabrán acercarse a la madre que les mira
con los ojos resecos.
A las doce el patrón mirará su reloj
los otros ya se fueron
y en un punto y aparte esbozará un fastidio
mientras piensa ¿pero dónde están estos?
Ha llegado otro relevo de bomberos
y a la una menos diez verá la noche
el primer muerto.
Sentados en el suelo, los mineros
se hacen cruces y reniegan de Dios
quién diría les pillara de sorpresa la tragedia repetida
a veces el más bravo se le queda
mirando fijamente al patrón
con dientes apretados
Y el patrón con sombrero,
tiene dos policías a su lado no hay cuidado.
Tres horas lentas pasan
y a la luz de las linternas asustadas
el cura con los ojos arrasados
al segundo le va uniendo sobre el pecho las manos
y un chaval de quince años
mientras llora impotente se abraza contra un árbol
y el chófer del patrón con su gorra de plato
se siente desplazado, es un hombre prudente,
bien domado.
El rocío ha calado hasta los huesos cuando sale el tercero
le recibe con sonrisa gris azul la madrugada
y con voces los mineros
mientras se abrazan todos y uno de ellos
el más fiero por no irse al patrón
llora en el suelo.
En el pozo María Luisa
Las jornadas parisinas de mayo de 1968 se propagaron por toda Francia con la velocidad de un incendio; desde Cannes, donde se paralizó el festival de cine, a las grandes ciudades mineras del norte, donde los obreros de la siderurgia se sumaron a la crisis. Pero el incendio genuino, en el que prendieron las primeras llamas con ocupaciones simbólicas de la Sorbonne y el Odeón, dos de los grandes símbolos de la cultura nacional, estalló en una diminuta geografía urbana que se llama Barrio Latino desde el siglo XIV.
Tras el estallido del incendio en el Barrio Latino, las llamas alcanzaron de manera intermitente otros escenarios urbanos de la capital, como las plazas de la República y la Nación (teatro de las grandes manifestaciones históricas), incluso la plaza de la Concordia (donde estuvo instalada la guillotina durante el Terror revolucionario de 1793) y los Campos Elíseos (escenario de la gigantesca manifestación conservadora, encabezada por André Malraux, que puso fin a la crisis, anunciando unas elecciones de apoyo masivo al general De Gaulle). Pero el escenario mítico de Mayo del 68 fue el Barrio Latino, a caballo entre los distritos V y VI de la capital.
Quizá el mejor ‘manual’ para conocer, revisitar y comprender la geografía urbana de esas jornadas siga siendo la gran literatura española de los últimos siglos.
El epicentro del huracán de mayo fue el tramo del bulevar Saint-Michel que se cruza con la plaza de la Sorbonne y la rue Vaugirard. Es en ese palmo de tierra donde comenzaron los grandes mítines que propagarían la crisis por el resto del barrio, París y toda Francia, frente a la gran puerta barroca de la universidad, símbolo del poder cultural de Estado, desde Richelieu. Se trata de una encrucijada histórica, donde estuvo, durante más de medio siglo, una legendaria librería universitaria, sitio de peregrinación de estudiantes y profesores de mundo.

En esa esquina está el primer hotel parisino de Ramón Gómez de la Serna, donde comenzó a escribir el ‘Libro negro’ y se gestó la revolución literaria del ‘ramonismo’. A dos pasos, en la esquina de enfrente, se encuentra el hotel donde residió don Ramón Menéndez Pidal durante su breve exilio parisino. Y Eugeni d’Ors, que conocía las librerías del barrio, gustaba tomar un ligero refrigerio frente a la estatua de esa plaza donde un estudiante anónimo escribió una pintada que decía «¿Viva la anarquía!»

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