Director general de cuentas en HAWAS WW DIGITAL. Dedicado al mundo de la comunicación. Curioso. Padre e hijo. Work in progress...
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Soy un tío de 52 tacos bien llevados. 1.82, 77 kg, buen cuerpo y mejor culo. Para camioneros y machotes que les mole el morboseo entre tíos. Mola complacer. A vuestro ser...vicio. En A Coruña. ¡Buen viaje! Watsapp al +34 609207887
Francisco Pérez Molina es hermano de Consuelo la esposa de Gustavo Pascual Falcó. Debido al oficio de sus padres, que vendían chocolate junto a otras especies, eran conocidos con el sobrenombre de Chocolateros. Francisco, era conocido en el pueblo como Paquito El Chocolatero.
O témpora, o mores!, clamaba Cicerón añorando otros tiempos de mejores costumbres. Porque lo peor no es que se haya perdido el sentido del pudor. Lo peor es que nos está matando el mal olor.
El cerebro parece estar programado, por ejemplo: si te estas cagando puedes aguantar, pero si sientes o notas que estas llegando a casa, la mierda hierve y casi se expulsa como un enema por si sola. Eso me ocurrió en esos instantes al ver el urinario ante mi y no cagar por el asco de ver la mierda de alguien más, rodeada de mosquitos con chingadera y media... Mi mente se iluminó y me decidí a cagar en un aparato de esos que solo se usan para orinar. Deje caer una masa fecal como de un 1 kilo de peso, su aroma era único, su color inigualable, textura maravillosa, todo lo que se espera de una buena cagada. ¡Una obra de arte contemporánea!
Cuando te pasas por la capital de este extraño lugar llamado España, tan sólo te encuentras algún que otro urinario en el Parque del Retiro,
y abren las horas justas. Hay otros instalados en unas grandes cabinas,
pero cuestan unos céntimos de euros, y no todo el mundo está
acostumbrado a pagar por aliviarse, aunque sea a resguardo de mirones indiscretos y de buscones de carretera y sexo.
Cuando en el siglo XIX el Duque de Sesto fue nombrado alcalde de la Villa y Corte, y se sacó de la manga un bando que imponía una multa de dos reales por orinar en la vía pública, la reacción del pueblo no se hizo esperar en forma de airada cuarteta:
¿Dos reales por mear? - ¡Pero qué carajo es esto? - ¿Cuánto querrá por cagar - el señor Duque de Sesto?No
hay más que leer las novelas o las películas "El perfume" o "Alatriste"
para darse cuenta de que lo de hacer aguas en la calle era entonces tan
inocente como aún lo sigue siendo para muchos tirar las colillas. Mas
los tiempos cambian. También las pipas y las chufas que la pipera servía
a mano nos las comíamos sin remilgos, y las bolas de anís entraban en
nuestra boquita sin un miserable celofán que las protegiera de la
contaminación. ¿Lo permitiría ahora el Ministerio de Sanidad y Consumo?
La
pregunta es entonces por qué los responsables de la salud pública no
arremeten contra esta guarrada indecente de utilizar las calles como
retrete. Ser inmigrante o joven botellonero de voto interesante no da
derecho a todo. Si acaso, se podrá consentir con el indigente. Pero no
con el vago desconsiderado, con el que se cisca literalmente en el
derecho a la higiene pública que pagamos todos, y con el cerdo que ni
respeta a los demás ni guarda un cierto decoro público.
Leña al mono a los Hannover y otros meones urbanos.
Lo
asemejo al exhibicionismo gratuito de ese nuevo fichaje del Valencia,
que para arreglar la situación del club se ha estrenado colgando en
internet unas imágenes suyas masturbándose ante una web cam. Qué bonita y edificante muestra de la libertad de de expresión.
1 comentario:
Mear ruedas no es una indecencia y menos un delito, es casi un ritual.
el olor de la orina no es agradable pero a veces te ayuda a relajarte y expulsar.
Saludos a los colegas.
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