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22/2/21

torremocha del campo 💬 #windtalkers

PARA PICOLETOS EN TORREMOCHA DEL CAMPO
Noche: parada y fonda en el área de descanso de Torremocha del Campo.
Municipio de la provincia de Guadalajara, formado por los lugares y antiguos municipios de La Fuensaviñán, Laranueva, Navalpotro, Renales, La Torresaviñán y la villa de Torrecuadrada de los Valles.
CAMION BLANCO
A LAS 16:45 PARO EN AREA DE TORREMOCHA DEL CAMPO, A2, KM 112. TE ABRO Y SUBES
¿Algún camionero cerca para pasar un buen rato?
El Parque Natural del Alto Tajo, ocupa las provincias de Guadalajara y Cuenca. Concretamente los municipios de Cifuentes, Sacecorbo, Esplegares, Saelices de la Sal, Riba de Saelices, Arbeteta, Valtablado, Ocentejo, Armallones, Huertahernando, Ablanque, Anguita, Cobeta, Olmeda de Cobeta, Selas, Torremocha del Pinar, Corduente, Valhermoso, Tierzo y Terzaga entre otros. Atraviesa además la provincia... 
Chema: Tío de 45 años. Mañana voy de viaje a Guadalajara desde Alcolea del Pinar e iré por la autovía  A-2. Me molaría quedar en un área de descanso con algún camionero para #relaxenruta 
La  historia de hoy va de Cerralbos: Francisco Layna Serrano, en su libro Castillos de Guadalajara, hace una breve referencia a la posibilidad de que en La Torresaviñán hubiera podido existir un castro celtíbero, y el propio marqués de Cerralbo confirma hallazgos celtíberos en "el camino real de Sigüenza", en la parte posterior del cerro en que se alza el castillo.
(Torremocha del Campo)
Cuántas personas habitan aquí? Esta pregunta será inevitablemente formulada mientras uno se pierde y se funde con el plácido callejeo que ofrece al respetable La Torresaviñán, cuestión reforzada cuando apenas un par de personas se cruza con nosotros durante varias horas, pero uno comprueba que muchas fachadas, muchos garajes e incluso muchos campos, algunos recién arados y otros no hace tanto, esconden indicios evidentes de actividad. Esta pequeña pedanía de (oficialmente) catorce habitantes perteneciente a Torremocha del Campo,  un minúsculo reino de las construcciones de piedra que actualmente es más rico en ruinas que en vida, crece a los pies de un promontorio donde se erige, también en mal estado de conservación, la construcción que bautiza al pueblo en sí y que reclama la vista cuando se circula por la autovía A-2. El castillo de La Torresaviñán, también conocido como el castillo de la Luna (poético nombre, ¿no creen?, o incluso el castillo de San Juan, es realmente más atalaya defensiva que castillo y su motivación hay que ahondarla, como tantas otras, en las bondades geoestratégicas de una elevación aprovechada posiblemente por los pueblos prerromanos y con total seguridad, posteriormente, por los musulmanes.
Según me contaron, don Juan Manuel Alavedra fue un benefactor del pueblo de Torremocha, a quien en agradecimiento se le dedicó la calle, mientras que la ermita, semioculta entre los olmos y rodeada de maleza, está dedicada a Santa Ana.
Cuando uno se asoma por el pequeño ventanuco de la ermita sólo se ven sombras. Luego se alcanzan a distinguir en el fondo dos imágenes, Una de Santa María y otra de San José. Por el suelo se ven algunos bancos destartalados y puestos en desorden, con aspecto de almacén trastero. Uno piensa que la ermita de Santa Ana, si no se le pone un poco de atención se acabará hundiendo.
Por encima de la puerta principal en la casa curato hay un escudo tallado en piedra arenisca originario de 1590, muy bien conservado, en el que se distingue como emblema un castillo y a los flancos las clásicas llaves cruzadas de los cabildos y un antiguo pendón desplegado. A don José Miguel, el joven sacerdote de Torremocha, lo que más le llama la atención son las tres estrellas que aparecen sobre las llaves cruzadas del escudo.
La iglesia se encuentra poco más adelante; tiene una torre esbelta, construida a base de piedra sillar con tres cuerpos y que culmina en una terraza cuadrada, con bolones de piedra alrededor como corresponde a este tipo de campanarios del dieciocho. Orientado al mediodía, han colocado sobre el vano de un antiguo esquiloncillo el reloj municipal que anuncia con las primeras notas del Ave María de Schubert. Una bandera blanca sobre la torre recuerda el reciente Cante de Misa de un hijo del pueblo. En la cara de saliente se alcanza a leer: “1607, Juan Ramos, Maestro”. La portada es una sencilla muestra del arte renacentista, de fina línea, fechada en 1630.
Sobre el atrio se deja caer el sol tibio del invierno que los vientos de la mañana envuelven en un hálito indefinible de malestar. Busco refugio en el ángulo de los contrafuertes que dan a la solana, mientras proyecto la obligada visita a la Plaza Mayor.
Es ésta una plaza relativamente pequeña, cortada sobre un cuadrado perfecto que tiene en el centro una fuente granítica de inclinación barroca, en la que no queda el menor vestigio de las aguas que algún día debieron manar. A la fuente de la plaza de Torremocha le han arrancado los cuatro caños. Es una fuente meramente testimonial, una fuente muerta.
En otra segunda vuelta por la calle mayor, me llama la atención el adorno oriental de una casa que tiene marcado sobre el dintel un reloj enorme, señalado con guijarros pintados de verde. La Torresaviñán, uno de los pueblos vecinos, se deja ver no lejos de aquí a la caída de un otero, y los tejados de un ocre rojizo, haciendo composición con los campos vecinos. La Fuensaviñán queda algo más abajo, con sus contadas viviendas en las que a estas horas estará moviendo su viejo telar mi amigo el Tío Marcelino, semioculta detrás de las desnudas choperas de la Fuente Vieja.

2 comentarios:

TNT dijo...

Saludos colega.
Paso por ahi casi todas las semanas y nunca he repostado en ese area de servicio.
Dime cuando vas a volver por la zona.
Mi correo es:
TNTcamion@hotmail.com

Anónimo dijo...

RUTA: VALENCIA-BARCELONA

porlapolladejupiter@hotmail.com

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