CONTACTOS CAMIONEROS

Seguidores

10/2/22

mercacórdoba 💬 #windtalkers

 MERCACÓRDOBA {COORDENADASBisexual para maduro en Jaén... Para ruteros de paso de Jaén a Granada. ¿Algún maduro en el trayecto? WhatsApp +34 629237754  Área de descanso Bujalance 
rgon76@hotmail.com
Esta semana también paso por MERCAMADRID
Hola Manu. Es la primera vez que te escribo. El motivo es para hablarte de un sitio de cruising al que suelo ir incluso con mi mujer, nos da mucho morbo que nos miren. Se encuentra situado en la carretera de Jaen-Cordoba. Según vienes de Jaén dirección a Córdoba, pasando Bujalance y a unos 4 o 5 kilómetros a la derecha existe un área de descanso con aparcamiento.
Suele haber mucho tema, ya he estado varias veces y se suele pillar.
Soy activo bisexual y doy el bibi a  colega pasivo que pase por la zona...
También voy a la zona de Peñarroya, Hinojosa Soy activo y quiero una buena mamada.
Me muevo por Córdoba provincia.  Ver en Street View MAPA
Una Córdoba al otro lado del océano
Alejandro es canoso, con cara de pícaro y conversador. Con la barba rala, agitada con el viento de las afueras de Río Gallegos. Golpeo el vidrio y pongo mi mejor sonrisa. "¿Vas para el lado de Comodoro?". No costó mucho, unos minutos después estaríamos compartiendo unos mates mientras remontábamos la ruta tres con tremendo acoplado de fondo.
Tiene una novia en Caleta Olivia, se la trajo de Salta, enamorado. Y ella lo espera paciente, cada vez que la carga y la hoja de porte lo llevan por esos rumbos. Un día la encontró, y ella cambió la cabina en cinco minutos, llenándola de adornos y toques femeninos. Ahora apreta el acelerador, tiene una larga noche de espera en un campo de
San Julián, en la fría Santa Cruz. Quiere llegar, estrujarse en un abrazo, sacudirse el polvo de los caminos. Y me charla, y me cuenta, y me dice todo el tiempo lo feliz que se siente.
Marcelo es grandote, casi sin cuello visible. Frena lentamente su enorme Scania en un recodo de la ruta 9, altura de Bell Ville, en los arrabales cordobeses. Apenas nos subimos es un señorito inglés, pero bastan solo unos kilómetros para que entre en confianza. Gracias a él nos enteramos de todas las casas de citas que hay en la vera del camino a
Rosario, donde están las chicas más simpáticas, y a cual va más seguido, en busca de ella, la que más le gusta. El fondo de pantalla de su celular muestra las inferiores del conducto digestivo de una dama. El nos dice que es dura la ruta para andar solo, y que el que dice que no anda por esos lares, te miente.
Juan está golpeando las ruedas de madrugada al borde de la ruta 33. Nos pregunta adonde vamos, que nos alcanza hasta Villegas. Está contento con su nueva casa y su mascota, un rottweiller que le llega al hombro cuando se acerca a saludarlo. Nos cuenta que a la vecina no le gusta mucho quedar de encargada de la alimentación del cachorrito de bestia, que le da miedo. Nos muestra una imagen de la virgen de Lujan, y nos intenta convencer que es la difunta Correa. Por las dudas asentimos con caras de convencidos. Nos deja a la salida del pueblo, donde el dice que creció tanto que llega al millón de habitantes. Esperaremos al censo, pero me parece que es un poco exagerado...
Johnny esta apurado. Quiere llegar rápido a su casa, en Temuco, así puede ver a su guagua. Me habla en chileno cerrado, mientras escuchamos a Bob Dylan, y la ruta se hace mágica. Estamos dentro de una cabina enorme, de madera y cuero, en esos camiones americanos que hay que escalar para poder entrar. Johnny hace muchas horas que viene manejando. Pone Creedence para que el grandote responda a tan largo trecho. Johnny esta cansado y apurado. Toma café, mate, anfetas, energizantes, coca, toma toda. Quiere ver a su guagua.
Sergio para a cien metros de nuestras mochilas, al cruzar nos grita que si lo esperamos nos alcanza hasta Rosario. Obedientes y sonriendo por nuestra suerte nos sentamos en la banquina a esperarlo. Vuelve con dos sándwiches enormes para nosotros. Fanático de Arjona, nos taladra con varios de sus discos. Se disculpa por no tener un reproductor de dvd para que vayamos viendo películas. Paramos a comer en uno de esos carritos que solo los camioneros conocen y que son la joyita de la ruta para el viajero hambriento. Desengancha el semi en Baigorria, nos quiere llevar hasta mi casa. Lo convencemos que descanse. Años después nos seguimos comunicando. Hasta compartimos un almuerzo con salamines en un parador perdido al sur de Buenos Aires. Un tipazo.
De estas hay decenas de historias, cientos, miles. En cada frenada se encierra una anécdota. El chistoso, el fanático religioso, el atormentador de reguetón, quien nos cuenta su última ruptura amorosa, el que levanta mochileros para no dormirse, el que nos reta por hacer dedo, el que dice que nos levantó de lástima, el que siempre quiso viajar así, el que lo hizo, el que su hijo lo hace, el que jamás lo haría. Cada volante lleva su historia, la de cada lugar, la del país.
Cuando viajo en colectivo extraño la charla y el mate cebado a los saltos. A veces termino sentada en la escalera del colectivo tomando amargos con los choferes. No puedo con mi genio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola....ke tal??si vienes por la zona de palencia me gustaria conocerte en persona.....y mas a fondo.....mi correo es:juanman0040@gmail.com

Anónimo dijo...

Hola. Yo camionero también

VISITANTES EN RED