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5/8/15

Barcelona y Jean Genet


“UN CHANT D’AMOUR” DE JEAN GENET
Julio Films
 No recuerdo el año, pero si que aún conservo el recuerdo de la impresión que me causó el ver por primera vez esta película mítica y prohibida durante tantos años por su temática explicitamente gay. Fue en la Filmoteca puede que en plena transición a final de los años ’70 del pasado siglo.
Se trata de “UN CHANT D’AMOUR” (Un canto de amor), la única película dirigida por el novelista, poeta y autor teatral francés JEAN GENET (París, 1910-París, 1986), un cortometraje de 25 minutos, en blanco y negro y sin sonido original, realizado en 1950. Hacía tan solo cinco años del fin de la Segunda Guerra Mundial cuando Europa se iba reponiendo del estropicio bélico. En aquella época la homosexualidad era considerada aún como una desviación sexual y su manifestación pública estaba reprimida por completo con penas de cárcel. Por esa razón el film fué censurado y tuvo que esperar veinticinco años para ser estrenado y distribuido en Francia, en 1975.
EL MORBO DE LO PROHIBIDO
En el “ambiente” se había oído hablar de este film “maldito” pero nadie lo había visto y cuando algo está prohibido aún es más deseado. En los años finales del franquismo los ciudadanos de la “reserva espiritual de Occidente” (como el fascismo describía España), para estar al corriente de las películas prohibidas aquí por la censura, teníamos si éramos catalanes, que viajar a la Cataluña francesa para poder ver “El último tango en Paris”, “Emmanuelle”, pero también películas de más interés como “El Dictador” de Chaplin o “La dolce vita”, pero en cambio “Un chant d’amour” no estuvo programada.
“Un chant d’amour” se sitúa en una cárcel y trata de la morbosa relación entre dos presos en dos celdas contiguas, uno joven y el otro maduro y un tercero en discordia: el guardián. Las celdas son contiguas y ambos presos se comunican como pueden, intentándose pasar algún objeto entre reja y reja: el deseo frustrado. O la comunicación a través de una pajita introducida a través de un agujero en la pared y en el que el hombre maduro echa el humo de su cigarrillo que el joven aspira con fruición al otro lado de la pared.
A destacar también la escena del guardián apuntando con su pistola en la boca del hombre maduro en un simbolismo fácil de descifrar. Pero no voy a explicar la película puesto que es mejor verla en cualquiera de las páginas web que indico al final del texto.
Solo indicar que a pesar de que han pasado más de 60 años que “Un chant d’amour” fué realizado, y a pesar de que pasados tantos años el público en general hemos visto películas sobre el tema de la homosexualidad masculina con escenas más fuertes y subidas de tono, por decirlo suavemente, el corto de Genet conserva un morbo, un erotismo soterrado y una poesía de la marginalidad que las más atrevidas producciones actuales no tienen, por mucho que intenten imitarlo. La lástima es que esta fué la única película que realizó Genet.
UNA VIDA DE NOVELA
Sin duda Jean Genet obtuvo la fama por sus novelas, “Querelle de Brest” llevada a la pantalla por R.W. Fassbinder, y “Diario de un ladrón. Y por obras de teatro como “Las criadas”, “El balcón” y “Los negros”, pero mucho menos por su única obra cinematográfica que es la que aquí nos ocupa. Sus novelas, obras teatrales y poesía están basadas, no en la imaginación sino en la experiencia de su propia vida que fue tan dura como azarosa, una vida que parece más una novela producto de la imaginación.
Sin padre conocido y abandonado por su madre, su juventud transcurre entre orfanatos y correccionales, ya se sabe el peso de la ley recae siempre sin misericordia sobre el pobre y marginado antes que sobre el rico y pudiente. Su vida fué un rosario de estancias en la cárcel. Conoció bien el submundo de la mendicidad, del hampa, y ejerció de chapero ya en los años ’30 (cuando esa palabra aún no se había inventado), tuvo chulos y amantes, una vida intensa que retrató en obras como “DIARIO DEL LADRÓN” que cuando escribo este texto estoy releyendo.
 
De “Diario del ladrón” (Seix Barral, Biblioteca Breve, Barcelona, 1983) reproduzco aquí un breve fragmento de la parte que habla de la Barcelona de la época de la II República cuando tuvo amantes y ejerció la prostitución en el famoso Barrio Chino, actualmente llamado Raval...

Fragmentos de las páginas 35-36: “El Barrio Chino era entonces una especie de guarida. Poblada no tanto por españoles como por extranjeros, maleantes piojosos todos ellos. A veces íbamos vestidos con camisas de seda verde almendra o amarillo claro, calzados con alpargatas usadas y con el pelo pegado y como barnizado, que parecía que iba a cuartearse. No teníamos jefe sino más bien directores. Soy incapaz de explicar cómo llegaban a serlo. Probablemente por una serie de operaciones ventajosas en la venta de nuestro triste botín. Se ocupaban de nuestros negocios y nos indicaban los golpes, de todo lo cual se quedaban con una parte razonable. No formábamos bandas peor o mejor organizadas, pero en aquel gran desorden sucio, en el centro de un barrio que apestaba a aceite, a orina y a mierda, algunos hombres perdidos se ponían en manos de otro más hábil. Tanta miseria centelleaba con la juventud de muchos de nosotros, y con ese brillo más misterioso de algunos que relumbraban de verdad, chavales cuyo cuerpo, mirada y gestos están cargados de un magnetismo que nos convierten en objetos suyos. Y de ese modo fui fulminado por uno de ellos. Para hablar mejor de Stilitano, el manco, esperaré algunas páginas. Sépase ante todo que no lo adornaba ninguna virtud cristiana.
Todo su fulgor, su poderío le dimanaban de entre las piernas. Su verga, y lo que la completa, todo su aparato era tan hermoso que no puedo llamarlo más que órgano generador. Estaba muerto, creíais, pues se alteraba raramente, y lentamente: velaba. Elaboraba en la noche de una bragueta bien abotonada, aun cuando lo fuese por una sola mano, esa luminosidad en la que resplandecerá su portador. (...)
A este plumífero (pero sin pluma) le gustaría recibir algún comentario de los lectores si podeis perder cinco minutos leyéndo este texto, grácias.
juliofilms.nil@gmail.com

Encontrareis fragmentos o la película entera de “Un chant d’amour” en:
www.vimeo.com
www.popscreen.com/.../Jean-Genet-Un-Chant-DAmour/
www.youtube.com/watch?v=gNlwbR-QpHl

http://www.panoramio.com/photo/90862254

http://www.panoramio.com/photo/90862254

5 comentarios:

camionerofollón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
camionerofollón dijo...

Buenas noches, Jordi.
Me alegro como siempre de tener noticias tuyas. Tu tema de hoy me ha tocado la fibra sensible. La sensualidad de la película "Un canto de mor" y el erotismo que impregna "Querelle" ha marcado mi visión sobre lo emocionante del ser hombre en un mundo de hombres en noches sórdidas de borracheras por esos barrios chinos de todas las ciudades. Esos mundos donde la muerte te puede salir al paso a la vuelta de la esquina. Genet conoce al hombre desde su propia experiencia con el hombre. El se atreve a desenmascararlo mostrando sus verdaderos instintos pues en la búsqueda del placer el hombre puede sacar de su interior su parte más oscura ó aun mostrar su parte más humana.
He querido poner este comentario en el post que he publicado en tu nombre. A ver si se animan los lectores y demuestran que "la marcha del camionero" es algo más que un blog de contactos.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho este artículo.
Voy a interesarme por este autor y leer sus novelas.
Grande, bonita y amarilla Luna esta noche.
¿Alguno esta noche por el área del Torreón en Granada?

Unknown dijo...

El erotismo bien tratado...gracias por dar esta información.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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